30 septiembre 2008

Google Chrome

Hace cosa de un mes que salió Google Chrome, tiempo durante el que he estado usando el navegador de Google prácticamente en exclusiva. He aquí algunas de las observaciones realizadas.

Aciertos:

  • Apariencia. Maximizar el espacio dedicado a mostrar la página es algo que llevo haciendo manualmente en cualquier navegador desde hace años. Por fin alguien pone las pestañas en la inútil barra de título y prescinde de entrada de los también bastante inútiles menús superiores y la barra de estado. Ésta sólo aparece cuando es necesario, es decir, mientras se carga una página o al posar el ratón sobre un enlace, desapareciendo luego elegantemente. Como elegante resulta la barra de descargas y sus animaciones, o la búsqueda en página.
  • La barra de direcciones Omnibox. Una maravilla la facilidad para ir a la página que quieras con sólo escribir dos o tres letras, y bastante decente la gestión de motores de búsqueda para poder buscar directamente en, por ejemplo, YouTube, la Wikipedia o el DRAE.
  • Página de inicio. Me gusta lo de las miniaturas, aunque estaría bien poder fijar algunas páginas como en Opera, pues los primeros días aquello es un sindiós bastante inútil. Tras un par de semanas, sin embargo, ya empieza a estabilizarse y quedan a mano las webs más visitadas. También útil tener ahí los distintos motores de búsqueda.
  • Navegación. Realmente rápido y con buena compatibilidad, aunque aún quede camino por recorrer para cumplir los estándares. Hasta ahora sólo se le ha atragantado la web del Santander.
  • Modo de incógnito. Por fin una manera sencilla de ver porno por Internet sin preocuparse por dejar un rastro en el historial. Seguro que tiene otras aplicaciones, como poder mantener dos sesiones distintas, pero son de menor impacto para el inernauta medio.
  • Estabilidad. La idea de separar los hilos de ejecución en procesos para poderlos cerrar por separado promete. Eso sí, hasta ahora no he conseguido colgar una sola pestaña. Sólo en una ocasión petó el navegador entero, pero según se cerraba me salió una ventanita diciendo que si quería volver a arrancarlo donde estaba y lo hizo sin problemas. Además, inicia el programa a una velocidad pasmosa.
  • Código abierto. Valor didáctico, seguridad, desmentir la (sana) paranoia de la vigilancia de Google... este punto ha sido tratado hasta la saciedad y de forma más rigurosa en multitud de sitios.
A mejorar:
  • Gestos con ratón. Desde que descubriera hace años los gestos del ratón en Opera, para mí se ha convertido en algo imprescindible navegar con una mano, y es la primera extensión que instalo siempre en Firefox. La apuesta de Google por el teclado es clara, y la transición se me está haciendo un poco cuesta arriba, aunque empiezo a acostumbrarme. Eso sí, la combinación del modo de incógnito con gestos de ratón podría ser la forma definitiva de ver porno.
  • Cumplimiento de estándares. Es de suponer que en el futuro usarán versiones más modernas de WebKit, con lo que terminará por pasar el Acid3.
  • Linux. ¿Para cuándo una versión que funcione con el pingüino? Soporte para MacOS tampoco estaría mal.
Así a ojo, creo que eso es todo. ¿Valoración global? Después de un mes, no veo la necesidad de volver a Firefox más que para desarrollar, que con todas sus extensiones sigue siendo de gran utilidad. En uso diario en Windows, la lucha estará entre Chrome y Opera.