Publica hoy Escolar una curiosa entrada en la que es capaz de argumentar por el blanco y el negro a la vez sin despeinarse. A mí me ha dejado francamente impresionado. Dice el buen hombre (la negrita, claro, es mía):
Mientras tanto, en el otro extremo de la galaxia, José Blanco contaba la feria de otra manera, según una conspiración universal donde sólo faltan los templarios. “Nada de lo que está ocurriendo en el mundo, incluidos los editoriales de periódicos extranjeros, es casual o inocente”, dice el vicepresidente cuarto (o primero) del Gobierno, que argumenta que los problemas del bono español responden a un ataque de “los especuladores”, que “no quieren que se regulen los mercados”. Blanco no aclara qué parte del programa de Zapatero para refundar el capitalismo (sarcasmo) es la que ha enfadado al club Bilderberg o a los reptilianos. Pero tiene razón en una cosa: hay un ataque especulativo contra nuestra deuda.
O sea, que se burla de Blanco porque dice que sufrimos un ataque especulativo... para acabar diciendo que tal ataque existe. Chapeau. Una argumentación impecable. Oscar Wilde lloraría de alegría:
Consistency is the last refuge of the unimaginative.
5 comentarios:
Es curioso, te doy toda la razón, pero lo leí está mañana y no caí en el brillante razonamiento. Es como si progresivamente estuviera absorviendo todos y cada uno de los clichés de la prensa maloliente.
Es que Escolar tiene el síndrome del tertuliano: no tiene nada que aportar a la noticia pero se siente obligado a opinar. Y claro, pasa lo que pasa. Si tan sólo le pasase menos.
El tertuliano no sólo tiene que opinar, además el pobre tiene que estar en contra, hay que hacer escarnio de lo que sea. El problema llega, claro, cuando se da cuenta de que él estaba de acuerdo con la idea planteada. De hecho, varias entradas anteriores parecían encaminadas a dar argumentos a favor de esa "teoría de la especulación". Ahora, si eso en lugar de decirlo uno de los columnistas/blogueros habituales lo dice un señor ministro, se tiene que haber equivocado.
Noto una política similar en los comentarios del blog, donde parece valorarse mucho más el quién dice qué que el contenido. Como en el debate sobre la energía nuclear: cualquier aporte "a favor" de las nucleares era recibido con mofas. Si ya además se le ocurría al desgraciado intentar dar peso a su visión aduciendo que era ingeniero/físico/x y/o trabajaba en el sector nuclear desde hacía 20 años, se le etiquetaba directamente como "ingeniero gilipollas de derechas". (No, no me quejo de que se metan con los ingenieros :P) El debate estaba alcanzado tales alturas que no pude evitar hacer esta aportación.
PD: Es estar de exámenes y encontrar miles de cosas sober las que escribir. Tal vez este blog iría mejor si estuviera permanentemente de exámenes...
¿Te acuerdas de aquellas entrevistas que hicimos con un cuchillo en lugar de un micrófono? No me viene a la cabeza mejor imagen posible (imposible tampoco).
Sobre los comentarios en los blogs, y en esa entrada en particular, me parece fascinante que no pusiesen en duda que fuese ingeniero, que lo hubiese entendido, sino que se lo echasen en cara. Vía repronto: "ya está aquí el gilipollas que todo lo sabe". Aplausos.
Si es que internet y el bar de la esquina no se diferencian tanto, en realidad. Realidad virtual, sí, pero realidad.
P.D.: la última frase es chusca, lo se, pero es de estas que te quema en los labios hasta que la sueltas.
Es verdad, no lo había relacionado con ese Repronto. Por cierto, de lo mejor que ha hecho últimamente.
Lo que no me explico es cómo nadie apreció una referencia tan clara a uno de los mejores chistes de Los Simpson.
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