21 diciembre 2011

Literatura y piratería

Escribir "arte" solo sirve como escaparate, para darte a conocer y ganar prestigio y que entonces empiecen a llamarte para colaborar en periódicos y revistas y conferencias y demás parafernalia y poder tener un sueldo mensual, con un poco de allí y otro de allá, medianamente digno. Sé "de primera mano" que casi ningún escritor vive de la novela (o poesía o lo que sea) con ese 10% (si llega) por ejemplar vendido al que habrá que restar agentes y similares (todavía más intermediarios, además de editorial, distribución, librero...). Por si fuera poco, muchos denuncian, con la boca pequeña, aquí todo el mundo pasa de follones y juzgados, que la editorial les chulea con el número de ejemplares vendidos, para pagarles todavía menos. Al estilo de lo que contaba Hernán Casciari en su TED: resulta que en un par de librerías de confianza ha vendido el 90% de lo que asegura su editora que ha vendido en toda Argentina y no tiene acceso a las cuentas oficiales. La solución de Hernán, que ya es medio conocido y está en internet desde los albores de los blogs, ha sido montarse su propia editorial en la que da el 50% del precio de venta al escritor. O como hacen Amazon o iTunes cuando editan directamente libros o canciones, que pagan un 70% al autor.

Olvidan a menudo los autores que las leyes de propiedad intelectual nacieron para protegerles de los abusos de editores, no de su público. Es decir, para evitar, en la medida de lo posible, que un tío se haga rico con su trabajo sin que ellos vean un duro. Pero ahí siguen muchos, llamando de todo a quienes se interesan por su obra y alabando el duro trabajo del chulo que les "protege".

Mientras, nadie parece valorar el hecho de que nos acercamos cada vez más al sueño del acceso gratuito y universal a la cultura. Luego habrá que ver cómo conseguir que los creadores puedan intentar vivir de su trabajo, pero no podemos seguir basando el negocio en el control de la escasez y las ventanas de negocio cuando todo está disponible a un clic con un coste despreciable.

En fin.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

¿Qué formas de vivir dignamente se te ocurren con ese "acceso gratuito y universal a la cultura?

Timoteo dijo...

Caray. Se me hace una carga demasiado pesada presentar La Solución. Podemos preguntarle a Hernán Casciari cómo consigue editar una revista carísima, pagar bien a los escritores y dibujantes, regalarla en su web y no palmar dinero. Podemos preguntarle a más de un grupo cómo ha cruzado el Atlántico para dar conciertos en un país en el que no ha publicado disco alguno. Podemos mirar los modelos del software libre en marcha desde hace años. Podemos analizar la viabilidad de Spotifys, Netflixes y similares. Podemos incluso plantearnos un canon a gran escala (o impuesto) que intente dar una remuneración justa a los creadores en función del acceso a sus obras. No sé.

Lo que veo claro es que no tiene sentido empeñarse en poner puertas al campo y apedrear a quien quiere leerte, verte, escucharte. Tal vez se trata de no hacer algo tan feo como pedir el dinero por adelantado, de no centrar todo en el negocio sino dejar que surja la complicidad y el beneficio económico sea un subproducto.