Pues ya son dos años en esta embarcación y llevamos más de cien incursiones en aguas enemigas, todas ellas convenientemente anotadas en el diario de navegación. Últimamente anda algo descuidada al haber tenido que asumir el mando de una flamante fragata de nuevo diseño, La Callecita, destinada a hacer frente a cualquier enemigo y con gran habilidad para ceñir el viento.
Pero no por ello pierde el favor de este humilde capitán, que seguirá luchando con denuedo por que esta cáscara de nuez siga a flote, aunque sea alimentándose de los desechos de su nueva hermana. Le va el honor en la tarea.
En cuanto a la misión, sigue siendo tan ambiciosa como al inicio, no nos hemos apartado ni un ápice de nuestro magno plan: sobrevivir.
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