Iba a escribir un artículo sobre el programa de humor presentado por Gabilondo que han emitido en Cuatro después del informativo, pero no me veo con fuerzas (ni tiempo) para afrontar tamaña tarea: habría tantas cosas que comentar.
El señor de barba, resulta que ha estado viviendo en un guindo, y allí sigue. No sabe muy bien de qué va el asunto de las sedaciones de Leganés, ni ha salido nunca a la calle con la Iglesia, ni ha usado el terrorismo como arma arrojadiza. Él, simplemente, pasaba por aquí. Eso sí, es capaz de decir sin despeinarse cosas como "mi programa electoral tiene un único punto", a la sazón trabajar por los españoles, o que vivimos en "un mundo global y abierto". Y que podemos aproximar por una esfera, le ha faltado añadir.
Por supuesto, en su discurso está permitido mentir en cada frase, tergiversar los hechos para que las cosas buenas sean gracias a uno y las malas culpa de todos los demás, todos salvo yo; y, si la pregunta resulta incómoda, respondo lo que me da la gana, sin ninguna sutileza.
Mierda, que no iba a escribir y ya voy por el cuarto párrafo. Sólo diré que me he atragantado varias veces de la risa viendo cómo se la fruncía el entrecejo al escuchar las preguntas y cómo luchaba contra su cara por remediarlo, sin mucho éxito; y sobre todo escuchando sus delirantes argumentaciones, o intento de, o pretendidas ídem. Véanlo si pueden. Yo no pienso decirles nada.
3 comentarios:
A mí me pasó igual, me partí de risa durante toda la entrevista. Desde luego, Gabilondo le tiró unas cuantas pullas que Rajoy tuvo que torear no siempre con gracia. Cuando le vi afectado fue cuando salió el tema de la eutanasia: algo debe de afectarle porque cortó la conversación de raíz.
En lo de los matrimonios homosexuales también se le vio el plumero: mucho defender el recurso de inconstitucionalidad que tienen interpuesto, pero dejó bien clarito que no va tocar ni una coma de la ley ni a recortar un derecho a nadie. A ver qué opinan los obispos de esto.
De todas formas, siempre que veo hablar a Rajoy en una entrevista sosegada, tengo la misma impresión: que sería un político de bastante más talla, si se librara de toda la purria aznarista que lastra a su partido y dejaran de hacer guiños a la extrema derecha.
Me ha resultado sorprendente el poco cuajo que ha tenido para responder preguntas incómodas.
¿Es que no las prepara? Parecía desconocer muchos de los argumentos que Gabilondo le preguntaba, o si los conocía ponía cara de "qué cabron, no pensaba que me lo fuese a sacar". ¿Tanto cuesta preparar respuestas más o menos satisfactorias para las preguntas que más daño pueden hacerle? ¿Tanto cuesta diferenciar un mitin de una entrevista?
Eso sí, en cuanto se pusieron a hablar de economía le salió una sonrisa de oreja a oreja. A mí eso me dió miedo.
Eso de que el problema de Rajoy son sus acompañantes me empieza a sonar a leyenda urbana. Si después de cuatro años el hombre no ha sido capaz de hacerse el equipo que se merece y elaborar su propio discurso... muy brillante no debe ser.
Y otra gloriosa frase de aquella entrevista: algo así como "con la Iglesia no hay ningún problema, lleva diciendo lo mismo dos mil años". Precisamente.
Hala, a ver qué tal lo de hoy con ZP.
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