30 octubre 2009

Repasando

Léobille, reconnaisant, leur prêta, pour l'occasion, sa propre chambre et le fer à repasser électrique en cloisonné chinois, qu'il tenait de sa mère, laquelle le tenait de sa grand-mère, et que, dans sa famille, on se repassait de génération en génération depuis la première Croisade.

Así termina el cuento Surprise-partie chez Léobille, del ingeniero, músico y escritor Boris Vian.

Tal vez sólo sea que me alegra entender un juego de palabras en francés. (La cosa está en que el "fer à repasser" prestado , es decir, una plancha, se pasaba de generación, se re-pasaba, o sea, se "repassait".)

2 comentarios:

Pablo dijo...

Cu-Cu, Cu-Cu, Cu-Cu...
Más o menos así tengo el cerebro ahora mismo tratando de entender el juego... :S
Un besote!!

Timoteo dijo...

No te preocupes, si la verdad es que no es tan gracioso... era mejor después de todo el cuento.
Se trata simplemente de jugar con el doble sentido, en francés, de repasser: repasar y planchar. Digamos que les pasa un "repasador" (plancha) que se repasa de generación en generación. Es un poco absurdo y naïf, de acuerdo con el tono general del relato, que oscila entre lo zafio del Major y la inocencia de Folubert. Como acaba ganando éste, el final del cuento es en su línea.

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