En días como hoy, pienso que Everything in its right place es una buena metáfora de la vida: un caos desasosegante en el que te repites que todo está bien y sabes adonde vas. Todo está en su sitio, gritas desesperado, intentando convencer al mundo y a ti mismo, crear la realidad con palabras. Mientras, por detrás, todo va cayendo en pedazos.
La versión en directo acaba de completar la imagen: al final, salimos de cuadro y sólo quedan, durante un breve lapso, algunos ecos distorsionados. Después, silencio.
2 comentarios:
Preciosa reflexión, en serio. O emotiva, más bien. Bella, quizás.
Parece ser que Thom York se inspiró en el episodio que le dejó media cara paralizada, un accidente cerebrovascular, creo recordar. Cuenta que se cayó al suelo, que no podía moverse ni hablar y solo podía ver en blanco y negro -de ahí lo de "two colours in my head". Seguramente pensase algo muy parecido a lo que has escrito.
Por cierto, ¿qué tal el nuevo disco? A mí, curiosamente, me está gustando. A lo mejor me estoy volviendo demasiado permisivo.
Nihilia
No está mal lo nuevo. Nada sorprendente, tampoco. A ver si te animas a escribir algo al respecto en La Callecita, como ya hicieras con el In Rainbows.
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