No escribo demasiado por aquí (y menos en La Callecita). Lo siento, sobre todo por los de allí, a los que he dejado abandonados. Presento mi última excusa: llevo una semana sin acceso a Internet, manteniendo una desesperante lucha con el Servicio de (des)Atención al Cliente -con mayúsculas, ya es como alguien más de la familia- de Telefonica (sin acento, por supuesto).
La última batalla, aquella sí de proporciones épicas, fue en septiembre. Digna heredera del fregado de El Teleoperador con Jazztel, aunque no llegó a tales extremos, lo cierto es que estuve prácticamente un mes sin disponer de ADSL porque en cualquier momento la línea perdía sincronía, pudiendo durar la "incidencia" minutos, horas o días. Así que, para curarme en salud, cada vez que el LED de estado de la línea abandonaba el verde para ponerse a parpadear en naranja, llamaba a mis operadores favoritos y les informaba, con toda la inocencia del mundo, de lo que sucedía. Tras unas cuantas llamadas desesperantes en las que me pedían comprobar las cosas más absurdas (conexión correcta, que estén puestos los microfiltros, que no haya tocado la configuración) y yo juraba que todo estaba como el primer día (lo que no dejaba de ser bastante cercano a la verdad), pasé a la posición "de-vuelta-de-todo", en la que según descolgaba el teleoperador de turno, le soltaba una retahíla en la que descartaba todas las posibles causas ya descartadas. Entre tanto, fueron desfilando técnicos que se asombraban del mal estado de la línea, la cambiaban por otra libre, en igual estado según el siguiente técnico, o instalaban otra nueva. Como el problema era intermitente, con que en el momento de hacer su "actuación" el ADSL funcionase, lo daban por resuelto.
Así siguieron dando palos de ciego durante un par de semanas, hasta que a un lumbrera se le ocurrió que el problema podía ser del módem/router. Sí, el problema de sincronía era de un cacharro que llevaba años sin dar problemas y que todavía funcionaba cuando era capaz de conectar con la central. Cambió aquél maravilloso 3Com 812 por uno de los nuevos Zyxel (oye, al menos tenía red inalámbrica) y se fue tan pancho. Por supuesto, el problema persistió. Se solucionaría algunos días después cuando un nuevo técnico con experiencia de campo detectara un filtro RLC junto a la toma del teléfono -algo que se usaba hace veinte años para filtrar el posible ruido en las conversaciones- como el verdadero causante. Parece que acertó, porque desde entonces todo volvió a funcionar de forma normal. Es decir, con los habituales cortes en el servicio, las habituales bajadas en la tasa de descarga, etc.
Así hasta hace una semana. Aquella mala mañana de viernes el módem/router se negó a encender. Por la tarde la cosa seguía igual, así que llamé a Telefónica para solucionarlo. Me dijeron que yo me tenía que asegurar que el problema no era el alimentador o un pico de tensión porque en ese caso el problema no era suyo. Olé su gracia. Bueno, pues abro el cacharro y nada parece quemado; saco el voltímetro y compruebo que el alimentador ha cascado. Qué raro. Compro uno nuevo por mi cuenta, lo enchufo y, demonios, tampoco funciona. Vuelvo a llamar a mis amigos y les cuento que ya está descartado que sea un problema externo, que el router ha cascado definitivamente, y entonces me piden que yo envíe el aparato a un pueblo de Jaén (ya notaba yo algo familiar en el acento...) donde ellos comprobarán que no es un tema de alimentación y entonces y sólo entonces me lo arreglarán o enviarán uno nuevo sin costes. Y si resulta ser "culpa externa", además de todo me cobrarán el viaje.
Tócate los pies. O sea, que si tengo un problema en la línea de teléfono me cambian el módem porque pudiera estar estropeado (viene un técnico a casa y me lo instala y configura sin cobrar nada), pero si es seguro que el módem está estropeado, entonces no puede venir el técnico a sustituirlo. Tentado estoy de probar un nuevo enfoque, pero estoy hasta las narices de hilo musical en un 902 y decido pasar por el aro. A ver si cuando vuelva el módem me trae un aceite de oliva de recuerdo.
1 comentario:
¡Qué casualidad! Tengo el mismo problema con Telefónica en estos momentos. El router (inalámbrico) va mal (en general, con cable va bien y es sólo la wireless la que de vez en cuando me falla; están descartados fallos debido a la configuración o a los PCs) y he pedido que me lo cambien. Igual que a ti, me mandan al fabricante, en Jaén, que me dice además que tengo que mandarles el router y esperar a que lo arreglen o decidan darme uno nuevo. Mientras, claro, me quedo sin Internet (con este router, por lo menos, con cable puedo ir).
Buscando soluciones alternativas, después de probar con varios del 1004 y haber pasado por el departamento de reclamaciones, parece ser que Telefónica va a mandarme un nuevo router que puedo utilizar mientras el fabricante se encarga de arreglar/reponer el que va mal.
De momento, sigo esperando...
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