02 marzo 2006

Consumismo

Para recuperarse del bajón post-exámenes, post-operatorio y post-vida-feliz-en-general, nada mejor que rendirse ante el capitalismo y darle caña a la tarjeta de crédito. Este sistema tiene sus pegas (puede resultar bastante caro), pero no se debe desdeñar su efectividad: permitirnos unos caprichitos tras un largo tiempo de reclusión y múltiples privaciones resulta reconfortante.
Esta mañana me he dedicado a la lectura durante unas cuantas horas. Filosofía a mano armada de Tibor Fischer. Estilo peculiar. Original. Sin duda engancha; y consigue aunar humor con inteligencia. Y, por supuesto, interesantes reflexiones sobre la vida. Daría para sacar unas cuantas citas memorables. Por ejemplo, en un arranque de optimismo: "Tus amigos más íntimos son aquellos que más tardas en descubrir que no te gustan". Toda una declaración de amor a la humanidad. Seguiría, pero me temo que acabaría transcribiendo medio libro. O más.
Antes de que las calles y tiendas se llenaran de gente, me fui a comprar discos. Una auténtica perdición lo de la zona verde de la Fnac. Me he ido con cerca de 80€ menos en la cuenta repartidos en clásicos, novedades y discos de esos que te interesaron cuando salieron pero no llegaste a adquirir por culpa del precio.

Novedades:
  • Hostal Pimodán, de Lori Meyers. Buen disco este segundo trabajo de este grupo granadino que continúa el camino de Los Planetas (ya que éstos últimamente no terminan de verlo). Eso sí, la presentación deja que desear: la caja a solas con su CD. Para lo que costaba, ya podían poner algo más, pienso. Desgraciadamente, ha sido ponerlo en la minicadena y, mientras curioseaba por la red me he encontrado con esto. Mierda. Y yo comprándole discos a los capullos de esa discográfica. Fíese usted de las independientes. ¿Lo podré devolver y comparme el nuevo?
  • Clap your hands say yeah, de ídem. Grupo canadiense que sigue la estela de Arcade Fire. En cuanto a calidad, no tanto a estilo. Y, como Arctic Monkeys, se dieron a conocer vendiendo su disco directamente por internet, ya que las discográficas pasaban mucho de ellos. Claro que cuando llegaron a 40.000 copias, alguien tuvo la intuición y olfato de apostar por un nuevo grupo.
Clásicos:
  • Nevermind, de Nirvana. No sé cómo no lo tenía ya en mi cedeteca.
  • The Queen is Dead, de The Smiths. Hay quien no le ve la gracia al grupo, quien dice que están sobrevalorados. Sin embargo, otros les adoran. Xoel López e Iván Ferreiro, sin ir más lejos. Suelo confiar en sus criterios y hasta ahora nunca me han defraudado. Todo un clásico de los 80.
Otros (aunque alguno quizá merezca entrar en la lista de clásicos... dentro de unos años):
  • Kid A, de Radiohead. Otro original más de los ingleses para hacer compañía al OK Computer. No llega al nivel de excelencia de éste, pero se mantiene digno. Por cierto, ¿para cuándo el nuevo disco?
  • Give up, de The Postal Service. Electrónica casera de altura, en parte de los mismos culpables del grupo Death Cab for Cutie. (...) everything looks perfect from far away...
  • Cajas de música difíciles de parar, de Nacho Vegas. El asturiano en estado puro. Tenía ganas de comprarme este disco. Sobre todo, después de que a mi hermano le entrara la fiebre del cantante y se me adelantase en comprar Desaparezca aquí. Visitad su web, que no tiene desperdicio (e incluye un adelanto interesante: ¡actuará en el Indyspensable 2006! Lo malo es que el "festival" vuelve a ser a principios de junio ¿Es que nadie piensa en los pobres estudiantes?).
Desde luego, si el negocio de las discográficas se hunde, no podrán decir que es por mi culpa.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Gracias por la mencion. ¿no identificais cualquiera de las antiguas melodias de Morrisey y Marr con los buenos de Take that?. Es hora de que dejen de pasar a la historia los mitos musicales anglocentristas.

¡ABAJO U2 y Prince! ¡AbAJO ESE INVENTO TAN GROTESCO QUE FUE The POLiCe!

Timoteo dijo...

Cuanto más escucho el disco The Queen is Dead, más me gusta.
There is light that never goes out...