... afortunado en amores. O eso es lo que me decían de pequeño cuando perdía en los juegos de mesa. Para suplir el poco cariño que me tenía el azar, tuve que desarrollar cierto ingenio y estrategias de juego. Pero a veces ni por esas. No hay estrategia capaz de vencer la buena suerte del contrario.
El consuelo que me ofrecían, me resultaba completamente estúpido. ¿Qué tenía que ver una cosa con la otra? Y, aún más, ¿para que me servía a mí el amor, si yo lo que quería era ganar aquella partida de cartas? Ahora, en cambio, que el asunto sí que tiene cierto interés para mí, me encuentro unos solomillos de primera mano... hago tute, consigo cincos para sacar la ficha del parchís en seguida, campo por el tablero del Risk a mis anchas... pero de las mujeres hace demasiado tiempo que no tengo noticias.
En fin, a lo que iba: me han tocado dos entradas para el concierto de Iván Ferreiro este viernes. ¿Alguna interesada?
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